la paz disfrutan de la tumba fría;
muertos son los que tienen muerta el alma
y aún viven todavía.
No son los muertos, no, los que reciben
rayos de luz en sus despojos yertos;
los que mueren con honra son los vivos,
los que viven sin honra son los muertos.
La vida no es ésta que vivimos.
La vida es el honor, y es el recuerdo.
Por eso, hay muertos que en el mundo viven,
y hombres que viven, en el mundo, muertos.
Un pensamiento en tres estrofas, que escribió en su juventud el poeta colombiano (natural de Popayán) Antonio Muñoz Feijoo (1851-1890)
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